Muere el primer humano que dio un paseo por el espacio

Fallece en Moscú el cosmonauta Alexei Leonov a los 86 años de edad

El cosmonauta ruso Alexei Leonov durante la misión Apolo-Soyuz de 1975, con el retrato que le hizo al comandante Thomas Stafford. GETTY

Alexei Leonov, el cosmonauta soviético que se convirtió en la primera persona en dar un paseo por el espacio, ha fallecido hoy a los 86 años, según ha informado la agencia rusa Ria Novosti.

Leonov (Listvianka, Rusia, 1934), era uno de los pocos miembros vivos del mítico grupo de primeros cosmonautas soviéticos, cuya cabeza visible fue Yuri Gagarin, la primera persona que viajó al espacio, en 1961. En aquellos años la Rusia comunista le llevaba zancadas de ventaja a EE UU en el espacio y Leonov fue prueba de ello.

El 18 de marzo de 1965, este hijo de trabajadores siberianos abrió la escotilla de su nave para entrar en la historia, algo que consiguió en parte omitiendo información a sus superiores, según explicó en una entrevista en 2011. La misión de Leonov era salir al espacio desde su nave Vosjod, que orbitaba la Tierra a unos 500 kilómetros de altitud y a unos 20.000 kilómetros por hora, y realizar la primera caminata espacial. Lo hizo sin problemas, pero al intentar regresar se dio cuenta de que su traje se había inflado como un globo y ya no cabía por la escotilla. Leonov recuerda que, sin informar a sus superiores por radio, decidió abrir una espita en su traje para expulsar aire, lo que podría haberle hecho perder la consciencia, pero que le permitió regresar a la cápsula sano y salvo.

De vuelta a la Tierra, un nuevo fallo obligó a Leonov y su compañero, Pavel Belyaev, a aterrizar en la taiga cubierta por un metro y medio de nieve, a cientos de kilómetros del punto de aterrizaje fijado. “Había 20 grados bajo cero. Empecé a mandar señales de morse, pero no hubo respuesta. Pensé que estábamos perdidos y, de hecho, aquel día varias emisoras estatales comenzaron a radiar el Réquiem de Mozart. Al día siguiente, al fin, nos avistó un helicóptero. Tuvimos que andar tres días por la nieve hasta reunirnos con él”, recordaba Leónov.

Diez años más tarde, en 1975, este cosmonauta fue el primer soviético en darle la mano a un estadounidense en el espacio durante la misión conjunta con EE UU Apolo-Soyuz, un intento de escenificar la bajada de tensión entre las dos superpotencias.En aquella época Leonov volvió a expresar su talante rebelde. En aquella misión, recordaba Leonov en la entrevista, “hubo mucha discusión sobre a qué distancia mínima podríamos girar ambas naves la una de la otra”. “Hasta el último momento los burócratas de la agencia nos dijeron que no podíamos acercarnos a más de 150 metros de distancia. Pero Tom Stafford [comandante de la misión estadounidense] protestó, diciendo que no hacía falta volar tan lejos y que 45 metros bastaban. Estaba empeñado en protestar. Entonces agarré a Stafford, le saqué de la sala y le dije: ‘Vamos a estar en el espacio, solos, y nadie va a comprobar a qué distancia volamos. Así que hagamos lo que queramos y no se lo digamos a nadie”, explicaba.

Para entonces Rusia ya había perdido la carrera espacial, pues fueron sus rivales estadounidenses los que consiguieron el más difícil todavía al ser los primeros en llevar a dos astronautas a la superficie de la Luna, Neil Armstrong y Buzz Aldrin, en 1969, hace ahora medio siglo. Gagarin había muerto un año antes en un accidente aéreo.

Leonov, junto a Valentina Tereshkova, la primera mujer en viajar al espacio en junio de 1963, Gagarin, y otros 17 pilotos de la fuerza aérea de la URSS, formó parte de la primera hornada de cosmonautas del país comunista, seleccionados en 1960. Fue un testigo privilegiado de un programa envuelto en el secreto.

En 1957 Rusia había sorprendido al mundo, especialmente a los estadounidenses, al lanzar con éxito el Sputnik, el primer satélite artificial. El cerebro detrás de los hitos soviéticos era Sergei Koriolov, quien, al igual que el padre de Leonov, minero, había sido depurado por la dictadura estalinista. Leonov rememoraba el día que Koriolov entró en casa de Wernher von Braun para registrarla en los últimos compases de la II Guerra Mundial. “Cuando entraron, el café aún estaba caliente”, recordaba Leonov. Von Braun, exoficial de la SS, había inventado los temibles cohetes V2 de la Alemania nazi. Los estadounidenses le encontraron primero y se lo llevaron a EE UU. Él fue el ingeniero que ideó el Saturn V, el cohete más potente jamás creado, que llevó a los primeros astronautas estadounidenses a la Luna. “Mucho después le pregunté a Von Braun qué hubiera hecho si hubiera caído en manos de los soviéticos antes que de los estadounidenses. Dijo que hubiera trabajado para los soviéticos, porque lo único que quería era ir contra Hitler”, recordaba Leonov.

Piloto de pruebas, general de las fuerzas aéreas, ingeniero y pintor aficionado, Leónov dedicó la última parte de su vida a la divulgación científica y a promover la exploración espacial pacífica y colaborativa. Durante esa etapa visitó España en varias ocasiones junto a otras figuras destacadas de la ciencia y el espacio, como Setphen Hawking y su colega Neil Armstrong.

“Alexei Leonov fue una persona muy positiva, con gran corazón, fuerte. Su nombre significa mucho para millones de personas en nuestro planeta”, explica el investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias Garik Israelian, amigo de Leonov y director del festival Starmus. El cosmonauta ruso fue durante varias ediciones una de las figuras más representativas que cada año se congregaban en las islas Canarias para celebrar un particular evento que mezclaba ciencia y música y al que asistieron premios Nobel y figuras muy destacadas de la investigación y la astronáutica.

En la última edición del festival que se celebró en España, en 2016, Leonov, rodeado de otros seis cosmonautas y astronautas de cinco nacionalidades distintas y tres generaciones diferentes, dijo: “En el último milenio hubo guerras y revoluciones pero el evento más importante fue lo que hizo Neil Armstrong”.

Israelian cuenta que habló esta mañana con la hija de Leonov, quien le confirmó que su padre murió hoy a las 12:40, hora de Moscú. Previsilemente su funeral se celebrará el martes en la capital rusa.


Fuente: El País

Virgin Galactic se convierte en la primera compañía cotizada de turismo espacial

La compañía de Richard Branson debuta al alza en la Bolsa de Nueva York

Richard Branson, fundador de Virgin Galactic, posa ante la Bolsa de Nueva York este lunes. BRENDAN MCDERMID (REUTERS)

Virgin Galactic ha iniciado este lunes su cotización en la Bolsa de Nueva York, convirtiéndose en la primera compañía de exploración del turismo espacial que da ese paso. La firma del empresario británico Richard Branson, propietario de las aerolíneas Virgin, ha debutado en el parqué con un alza de hasta el 8% en la primera hora, aunque esas ganancias se han ido reduciendo a lo largo de la jornada.

Para dar el salto, Virgin Galactic culminó la semana pasada su fusión con Social Capital Hedosophia, una firma de inversión fundada por el multimillonario de Sri Lanka y exejecutivo de Facebook Chamath Palihapitiya. El resultado fue Virgin Galactic Holding, en la que Branson tenía el 51% y Palihapitiya un 49%, que es la compañía que este lunes ha empezado a cotizar con la etiqueta bursátil SPCE.

Con esa fusión, se ha evitado realizar el recorrido típico de las salidas a Bolsa mediante una oferta pública de acciones. Una maniobra así podría generar incertidumbre por la percepción de riesgo de los inversores sobre una compañía que no ofrece el producto para el que se ha creado (los viajes espaciales) y no está claro que algún día llegue a hacerlo.

La operación ha supuesto también tener que poner precio a Virgin Galactic. Su valoración asciende a unos 2.300 millones de dólares (cerca de 2.100 millones de euros). Precisamente la salida a Bolsa ayudará a la compañía a recapitalizarse para reforzar su postura en la carrera espacial que mantiene con otros competidores privados como SpaceX, la compañía de Elon Musk, o Blue Origin, del fundador de Amazon Jeff Bezos.

Para el estreno bursátil, la Bolsa de Nueva York ha colgado en su fachada un enorme cartel. Branson, Palihapitiya y George Whitesides, consejero delegado de Virgin Galactic, han visitado el parqué para el toque de campana. En un comunicado, Branson ha señalado que la compañía está “posicionada para capitalizar el mercado comercial del espacio, que crece rápido y genera millones de dólares, y en última instancia abrir el espacio a miles de nuevos astronautas”.


Fuente: El País

La OTAN extiende al espacio su perímetro de defensa

Alemania propone la creación de un comité de expertos para fortalecer la coalición tras las críticas de Macron

La Alianza Atlántica se prepara para ampliar su campo de influencia al horizonte espacial. Los ministros de Exteriores de la OTAN quieren que la coalición esté lista para responder en caso de un eventual ataque a satélites de uno de sus miembros. El encuentro estuvo marcado por las dudas acerca del futuro de la OTAN expresadas la semana pasada por el presidente francés, Emmanuel Macron. Alemania trató de destensar la situación con la propuesta de crear un comité de expertos para repensar cómo fortalecer la coalición.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg charla con los ministros de Exteriores francés y alemán durante la reunión. KENZO TRIBOUILLARD AFP

Los excesos retóricos de Macron están obligando a Jens Stoltenberg a aplicarse a fondo para convencer de que el estado de “muerte cerebral” que el presidente francés diagnosticó a la OTAN es solo un resfriado más de los muchos que ha padecido en sus 70 años de historia. Pero mientras el debate terrenal sobre el futuro de la Alianza Atlántica consume las energías comunicativas del secretario general de la coalición, esta se lanza a algo parecido a la conquista del espacio. Los ministros de Exteriores reunidos este miércoles en Bruselas acordaron reconocerlo como escenario de operaciones, junto a los otros cuatro frentes susceptibles de albergar hostilidades: aire, tierra, mar y ciberespacio.

El estupor ante el pesimismo rampante que destilaban las crudas reflexiones del presidente francés en una entrevista al semanario británico The Economist enrareció la atmósfera de un encuentro ministerial que sobre el papel parecía una plácida antesala preparatoria de la cumbre a celebrar en Londres dentro de dos semanas, donde, con Donald Trump ya en liza, habría poco lugar para la relajación. En lugar de eso, el monumental desahogo de Macron, que incluso puso en duda el compromiso con el Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, que compromete a los socios a ayudar a un aliado cuando este sea atacado, su gran pilar, opacó parte de la agenda inicial.

Pese a la zozobra, o tal vez gracias a ella, los ministros de Exteriores trataron de probar por la vía de los hechos que la OTAN funciona sin respirador artificial: Stoltenberg anunció que el espacio pasará a ser un terreno de juego relevante para la OTAN. El político noruego aclaró que la intención de la coalición no es militarizarlo, sino estar lista para defenderse de eventuales ataques. Los intereses son grandes: de los 2.000 satélites que orbitan alrededor de la Tierra, más o menos la mitad son propiedad de Estados integrados en la OTAN. De su buen funcionamiento dependen, entre otros sectores, la banca, las aerolíneas o los servicios de predicción meteorológica. Con el creciente recelo que despierta la mayor actividad de China y Rusia en los confines del planeta, el objetivo es prepararse para lo peor. “El espacio es parte de nuestra vida diaria. Puede aprovecharse con fines pacíficos, pero también agresivamente. Los satélites pueden ser bloqueados, pirateados o atacados. Las armas anti-satélite pueden inutilizar comunicaciones y servicios de los que depende nuestra sociedad”, advirtió Stoltenberg.

La anticipación a las amenazas es clave en la estrategia de la OTAN. La ampliación de su perímetro de interés al espacio abre la puerta a debates como la mejor forma de protegerse ante misiles enemigos dirigidos a satélites aliados, que pese a parecer más cercanos a la ciencia ficción, ya están sobre la mesa.

Posición frente a China

Más cercano se percibe el peligro del creciente poder económico y militar chino. La Comisión Europea combina el acercamiento con Pekín en asuntos como el cambio climático con la desconfianza por la imponente presencia del gigante asiático. Bruselas ya considera a China un “rival sistémico”. Esta noche, los ministros de Exteriores de la OTAN discutían cómo debe ser su aproximación al segundo mayor presupuesto militar del mundo.

La vía de Trump para mantener la supremacía militar de la Alianza sigue siendo la de aumentar el gasto en defensa, un asunto que seguirá muy presente en la cumbre de Londres. Stoltenberg celebró que los países europeos aumentarán en 100.000 millones de euros el gasto militar entre 2016 y finales del año que viene, pero está por ver hasta qué punto valora el presidente estadounidense estos esfuerzos, todavía lejanos a la exigencia lanzada a sus aliados de que dediquen el 2% de su PIB a la defensa.

Mientras por motivos distintos, el descontento de Trump y Macron debilita a la OTAN, Alemania ha respondido con una propuesta para encauzar su rumbo. Berlín quiere poner en marcha un comité de expertos presidido por Stoltenberg que tenga como objetivo mejorar la coordinación. El secretario general de la Alianza ensalzó la iniciativa de Berlín y dijo que fue bien recibida por los miembros.


Fuente: El País

Europa participará en la construcción de una estación orbital lunar en la que vivirán astronautas

Los países miembros de la Agencia Espacial Europea aprueban un presupuesto récord de 14.400 millones de euros para cinco años

Recreación de la estación orbital lunar Gateway a la izquierda, con una cápsula Orion para transportar astronautas a la derecha. NASA

Cuenta Jorge Potti, director general de Espacio de la empresa GMV, que en los próximos años el espacio “nos va a cambiar la vida cotidiana mucho más rápido de lo que podemos imaginar”. Entre otras cosas, Potti menciona la navegación por satélite, que hará posible la expansión de los vehículos autónomos. En las callejuelas del centro de Sevilla, estrechas y retorcidas, cuesta imaginar cómo los sensores guiados desde el espacio podrán sustituir la pericia de los taxistas que callejean mordiendo los bordillos. Pero lo harán, y dentro de no tanto.

En esta ciudad, los ministros responsables de actividades espaciales de los países europeos han negociado durante los últimos días los presupuestos de la Agencia Espacial Europea (ESA) para los años venideros. Jan Wörner, director general de la ESA, mostraba su satisfacción ante el resultado final: 14.400 millones de euros para los próximos cinco años (12.500 solo para los próximos tres). La cifra es un récord histórico para la organización y un éxito en el que el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades en funciones, Pedro Duque, copresidente del encuentro, destacaba el papel de España.

Pese a las tensiones por el Brexit, Reino Unido ha incrementado su aportación a la ESA en un 11,5%

Frédérique Vidal, ministra de Educación Superior, Investigación e Innovación de Francia y copresidenta del encuentro, destacaba cuatro grandes objetivos que se quieren cumplir con la inversión acordada.

Un primer pilar y quizá el más vistoso es la exploración humana y robótica del espacio, que recibirá 1.953 millones de euros. Dentro de este programa, un cuarto del dinero se dedicará a la colaboración con EE UU para regresar a la Luna en la próxima década. Más de medio siglo después de la última misión tripulada al satélite, dos personas, un hombre y una mujer, volverán a pisarlo en 2024, aunque en esta ocasión con la intención de permanecer más tiempo.

Además de colaborar en la construcción de las cápsulas que llevarán a los astronautas y los cohetes que los propulsarán, en Sevilla se ha aprobado el apoyo europeo a un proyecto internacional para crear una estación orbital en torno a la Luna a partir de 2028. Esa instalación, a más de 300.000 kilómetros de distancia de la Tierra, servirá para poner a prueba la resistencia humana a una permanencia prolongada en el espacio profundo. La estación, bautizada como Deep Space Gateway (portal al espacio profundo) servirá como base para misiones tripuladas y no tripuladas a la superficie lunar. Hasta ahora, la avanzadilla de los humanos fuera de nuestro planeta es la Estación Espacial Internacional, que también ha recibido un impulso para seguir operando hasta 2030. Esta infraestructura se encuentra en órbita terrestre a 400 kilómetros de altitud, más cerca que Madrid de Sevilla.

Dentro de los proyectos a largo plazo para la nueva era de la exploración espacial tripulada, la Luna servirá como campo de entrenamiento para el gran objetivo: llevar humanos a Marte por primera vez. Antes, la ESA, en colaboración con la NASA, planea una misión capaz de llegar al planeta rojo, recoger rocas y volver a despegar camino a la Tierra para analizarlas en un laboratorio.

Un segundo pilar de los planes de la ESA es la observación de la Tierra, que con 2.541 millones de euros es el que recibirá una mayor inversión. En este punto destaca el programa Copérnico, un sistema que incluye una constelación de satélites que permiten vigilar desde el espacio los efectos del cambio climático sobre los ecosistemas terrestres y será una herramienta para afrontar los retos de la humanidad en las próximas décadas. “Viajar al espacio nos permite disfrutar de la belleza de nuestro planeta, pero también valorar su fragilidad”, ha comentado Vidal.

Un tercer punto esencial es el acceso soberano y autónomo de Europa al espacio. Estará financiado con 2.238 millones para, principalmente, impulsar el desarrollo de dos cohetes, Ariane 6 y Vega C, con los que los países del continente podrán colocar sus satélites en órbita sin depender de otras potencias.

El último gran pilar de la ESA, su programa de ciencia espacial, ha recibido, por primera vez en 25 años, un incremento significativo en su financiación hasta alcanzar los 1.671 millones de euros. Esto hará posible adelantar y hacer confluir el lanzamiento de dos grandes misiones que pueden cambiar nuestra visión del cosmos. Por un lado, Athena, un gran observatorio de rayos X que, entre otras cosas, estudiará el crecimiento de los agujeros negros supermasivos y su papel como motores de las galaxias y la evolución del universo. Por otro, LISA, una constelación de satélites que detectará las ondas gravitacionales generadas por la fusión de agujeros negros o estrellas de neutrones. Su operación conjunta permitirá conocer mejor estos fenómenos.


Fuente: El País

La ESA lanzará en 2025 el primer satélite para retirar basura espacial

La ClearSpace-1 es una misión que probará la tecnología para afrontar una amenaza para los sistemas de comunicación o de observación de la Tierra

Recreación de un sistema de retirada de basura espacial. ESA

Después de cincuenta años lanzando objetos al espacio, la órbita terrestre, que parecía inmensa, empieza a estar saturada. Ya se han catalogado unos 22.000 objetos considerados basura espacial, hay más de 2.000 satélites en funcionamiento y 3.000 fuera de servicio. Y los responsables de regular el tráfico espacial no tratan la amenaza como algo hipotético. Cada año, se gastan 14 millones de euros en desviar satélites para evitar choques, aunque la Agencia Espacial Europea (ESA) reconoce que el 99% de esos avisos son falsas alarmas.

Además de mejorar sus métodos predictivos, Europa ya planea la primera misión que sacará de órbita basura espacial. ClearSpace-1, una misión que deberá liderar la empresa suiza ClearSpace, tiene previsto su lanzamiento para 2025 y tendrá como objetivo retirar la etapa superior Vespa, un trozo del cohete Vega con el que la ESA lanza sus satélites que quedó abandonado a una altitud de entre 660 y 800 kilómetros en un lanzamiento de 2013. Su masa, de 100 kilogramos, es similar a la de un satélite pequeño y al tratarse de un objeto simple y resistente es un buen candidato para esta primera prueba. En el futuro, según explicaba la ESA en una nota, se buscarán capturas mayores y operaciones en las que se limpien varios artefactos.

El ClearSpace-1 se lanzará primero a una órbita inferior de 500 kilómetros de altitud, donde realizará algunos ensayos críticos y se pondrá a punto antes de ascender a su órbita final para encontrarse con su objetivo. Después de amarrarlo con sus cuatro brazos robóticos se lanzará contra la atmósfera para desintegrarse junto a su captura. En el futuro se intentará que el sistema sea reutilizable.

Los especialistas de la ESA y la NASA en basura espacial están convencidos de que la “única manera de estabilizar el entorno orbital es eliminando activamente los residuos de gran tamaño”, según ha afirmado Luisa Innocenti, responsable de la iniciativa Espacio Limpio de la ESA. En la actual situación, “aunque mañana mismo se detuvieran todos los lanzamientos al espacio, las proyecciones muestran que la población total de desechos orbitales seguirá creciendo, ya que las colisiones entre objetos generan nuevos desechos mediante un efecto en cascada”, ha añadido.

Con la nueva misión, la ESA pretende “seguir desarrollando las tecnologías esenciales de guiado, navegación y control, así como métodos de encuentro y captura, mediante un nuevo proyecto denominado ADRIOS (Eliminación Activa de Desechos/Servicios en Órbita). Los resultados se aplicarán a ClearSpace-1, que permitirá demostrar [la eficacia de] estas tecnologías”, ha concluido Innocenti.

La ESA tiene otros proyectos para reducir el problema de la basura espacial, como el telescopio láser que planea instalar en el Teide para seguir fragmentos de chatarra orbital y que en el futuro podría funcionar como un cañón para eliminar los pedazos de basura espacial más amenazadores. La idea consistiría en desviar los objetos para que caigan a la atmósfera y se desintegren por rozamiento. Este y otros sistemas tratarán de hacer frente a una necesidad que hasta hace poco se veía como un problema para el futuro, pero empieza a considerarse urgente.


Fuente: El País

Europa aplaza un día el lanzamiento de su cazador de exoplanetas

Los responsables de la misión investigan las causas de un fallo que ha obligado a detener la secuencia automática de lanzamiento del satélite ‘Cheops’

El satélite europeo en el Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial (ESTEC) de la ESA en Noordwijk (Países Bajos). GENEVIEVE PORTER / ESA HANDOUT (EFE)

Europa tenía previsto lanzar hoy martes el telescopio espacial Cheops para contribuir a la observación de nuevos mundos fuera del Sistema Solar; finalmente, por un problema de software, el lanzamiento se pospone al miércoles.

La secuencia automática de lanzamiento del cohete Soyuz fue interrumpida una hora y 25 minutos antes del despegue al aparecer un error cuyas causas aún se desconocen, ha explicado hoy Stephane Israël, director general de Arianespace, desde el puerto espacial europeo en Guayana Francesa. Los responsables del lanzamiento investigan ahora las causas del fallo. El lanzamiento se pospone hasta mañana a la misma hora, las 9:54 hora peninsular.

Además de Cheops, que es la carga principal, el cohete Soyuz debe poner en órbita otros cuatro satélites de menor tamaño durante un proceso de desacoplamientos paulatinos que dura varias horas. Por eso la ventana de lanzamiento es exactamente a las 9:54 y si se pierde la oportunidad se pospone un día, pues si no no se lograría llevar cada satélite a su órbita al rededor de la Tierra.

Hace más de 400 años un hombre llamado Giordano Bruno dijo que la Tierra no es el centro del universo y que cada luz del firmamento es un sol con planetas a su alrededor. A la Iglesia católica no le gustó esta propuesta, aunque supuestamente decidió quemarle por sus visiones religiosas heréticas en una hoguera levantada en la plaza romana de Campo dei Fiori. Hoy sus ideas, que contradicen la visión cristiana del universo, son una realidad imposible de negar: se han descubierto más de 4.000 planetas más allá de nuestro Sistema Solar y las estimaciones dicen que hay millones de tierras habitables. Lo único que queda por hacer es descubrirlas.

El satélite Cheops, acrónimo inglés de caracterizador de exoplanetas, se instalará en una órbita a 700 kilómetros de la Tierra y observará estrellas cercanas en busca de planetas que causen pequeños eclipses en sus astros. La misión, con un coste total de 100 millones de euros, es la primera que se ha dirigido desde España.

Es una reveladora casualidad que el primer exoplaneta que se descubrió en torno a una estrella similar al Sol fuese una especie de encarnación planetaria de Giordano Bruno ardiendo en la hoguera. En 1995, Michel Mayor y su estudiante Didier Queloz anunciaron el hallazgo de un planeta del tamaño de Júpiter que orbitaba en torno a la estrella 51 Pegasi. El planeta parecía casi rozar la abrasadora atmósfera de su estrella ya que orbitaba más cerca que Mercurio del Sol y completaba una vuelta al astro en días.


Fuente: El País

Si los agujeros negros lo absorben todo, ¿qué hacen con ello?

Las partículas no desaparecen, dan vueltas a su alrededor. Para escapar tienen que ir más rápido que la luz

Imagen de un agujero negro. EUROPEAN SOUTHERN OBSERVATORY (AFP)

Los agujeros negros siguen siendo unos objetos misteriosos y que fascinan tanto al público general como a los científicos. Muchas de las preguntas sin respuesta de la física moderna son sobre ellos. Pero la cuestión que nos planteas parte de una idea equivocada, un agujero negro no es una aspiradora, no es exactamente que lo absorba todo. Vamos a ir explicándolo poco a poco porque, cuando llegamos cerca de un agujero negro, las leyes de la física son muy extremas.

La gravedad es tan fuerte que haría que cualquier objeto con masa se estirara como un espagueti

Para entender lo que ocurre alrededor de uno de ellos necesitas saber lo que es el horizonte de sucesos. Se trata de un límite teórico, no es una zona del espacio a la que puedas apuntar con un dedo y decir es ahí. Es una “frontera” que se define como la última órbita en la que una onda electromagnética viajando a la velocidad de la luz puede llegar a nosotros.

Vamos a verlo con un ejemplo, si tiramos una manzana hacia el cielo, vuelve a caer hacia nosotros debido a la fuerza de gravedad de la Tierra. Pero si fuéramos superhéroes o superheroínas y pudiéramos tirar la manzana con muchísima velocidad, por encima de 11 kilómetros por segundo (la velocidad de escape de la Tierra), la manzana llegaría al espacio y escaparía a la gravedad de nuestro planeta. Un agujero negro tiene un campo gravitatorio muchísimo más fuerte que el de la Tierra, entonces, cerca de él, necesitas una velocidad mucho mayor para escapar de su fuerza de gravedad. Tanta que, cuando estamos cerca de uno de ellos, la velocidad que se necesita para escapar de su gravedad es más alta que la velocidad de la luz. Pero aquí aparece un problema porque, según la teoría de la relatividad, hay un límite, que es el de la velocidad de la luz. Con las leyes de la física que conocemos actualmente no hay nada que vaya más rápido que la velocidad de la luz.

En el horizonte de sucesos la velocidad de escape es igual a la velocidad de la luz, es decir que una onda electromagnética que va a la velocidad de la luz un poco por fuera del horizonte de sucesos puede llegar a nosotros, pero un poco por dentro del horizonte de sucesos ya no puede llegar a nosotros porque no puede viajar más rápido que la luz. Así que cuando pensamos en un objeto cerca de un agujero negro, no es que lo absorba, sino que una vez cruzado el horizonte de sucesos, las partículas seguirían dando vueltas a su alrededor porque para escapar tendrían que ir más rápido que la luz. Si nosotros pudiéramos seguir la trayectoria de un objeto que cruzara el horizonte de sucesos y se acercara a un agujero negro nos llegaría la última información que puede viajar a la velocidad de la luz (es decir justo en el horizonte de sucesos), y sería como una imagen detenida para siempre.

El agujero negro es una “frontera” que se define como la última órbita en la que una onda electromagnética viajando a la velocidad de la luz puede llegar a nosotros

Si lanzáramos una nave espacial hacia un agujero negro, lo que observaríamos es que cuanto más se acercara al horizonte de sucesos la veríamos moverse a cámara lenta y cuando llegara al horizonte de sucesos la veríamos parada. Pero si estuviéramos dentro de la nave, para nosotros el tiempo seguiría siendo lo mismo, nos acercaríamos al agujero negro, cruzaríamos el horizonte de sucesos y seguiríamos dando vueltas alrededor del agujero negro. Pero si estuviéramos en la nave y quisiéramos llamar a nuestra familia a casa, una vez cruzado el horizonte de sucesos no podríamos hacerlo porque nuestra información no podría viajar más rápido que la luz. Lo que ocurre una vez cruzado el horizonte de los sucesos, se queda dentro del horizonte de los sucesos, desconectado de lo que hay fuera.


Fuente: El País

Musk realiza con éxito el lanzamiento del Falcon Heavy

El pasado lunes 6 de febrero la empresa del magnate de Silicon Valley, Elon Musk, realizó el lanzamiento del primer Falcon Heavy, un cohete capaz de propulsar hasta 64 toneladas a órbita baja terrestre.

El dueño de Tesla ha declarado “Aún estoy intentando asimilar todo lo que hemos visto, me parece surrealista. Ha sido épico, probablemente lo mas emocionante que he visto nunca. Supongo que cosas impensables pueden hacerse realidad. Pensé que había mil cosas que podían fallar. Es increíble cuando funcionan.”


En su primer vuelo, el Falcon Heavy ha transportado hacia una órbita cercana a Marte un descapotable Tesla de color rojo con un maniquí llamado Starman al volante.
Este acontecimiento supone una revolución en el mercado aeroespacial por el abaratamiento del transporte de mercancías siderales. El sueño de Musk de establecer colonias en Marte se encuentra más cerca con el lanzamiento del cohete reutilizable de Tesla.

El Falcon Heavy mide 70 metros de alto –como un edificio de 23 plantas– y tiene 27 motores con una fuerza de empuje de más de 2.500 toneladas, equiparable a la de 18 aviones Boeing 747. Se convierte así en el cohete en activo mas potente del mundo, tan solo por detrás del extinto Saturno V usado en los programas Apolo y el cohete soviético Energía.